El Observatorio de Políticas Públicas de la Universidad Nacional de Avellaneda realizó esta semana un informe relativo a la dimensión de la crisis global y el impacto en la economía argentina. En este documento, se pone un análisis pormenorizado sobre el estado actual de la situación financiera global, y cuáles son las acciones de gobierno locales para mitigar su incidencia.

"A tales fines, estudiamos la trayectoria de diferentes activos soberanos, tanto como diferentes medidas de riesgo internacional, en función al deterioro de la economía mundial en el contexto actual", manifestaron desde la casa altos de estudios de la Tercera sección.

Sin vueltas, en una especie de síntesis introductoria, se informa que el coronavirus se encuentra desatando los primeros efectos de una crisis económica, social y sanitaria global; y que la crisis económica actual ya es generalizada y tiene su correlato en los índices bursátiles del mundo.



"Las bolsas se vienen desplomando a un ritmo sin precedentes desde principios de marzo. En menos de tres meses, el índice bursátil de EE.UU. se desplomó un 31%, España 35,7%, China 14%, Alemania 34,7%, Brasil 36,7% y nuestro país 42%, entre otros grandes
desplomes", se detalla.

Y se añade que según análisis publicados en The Economist, el PIB mundial se contraerá al menos un 2,1% en 2020 y el América Latina un 4,8% en el mismo período. "El mundo cambiará. El debate se centra en si la economía estará al servicio de la sociedad o la segunda será un insumo de la primera, si lo privado primará sobre lo público y cuáles deben ser las prioridades de la humanidad", se expresa.

Más adelante se reconoce que gran parte del mundo está cerrando sus fronteras y paralizando su actividad producto de esta nueva pandemia. La economía mundial está frenándose y existe sobre ella una gran incertidumbre a futuro. Todo mal. Por caso, el FMI estima que el endeudamiento soberano de países y empresas no financieras asciende a 322 billones de dólares, más que triplicando el producto de la economía mundial.



La aparición del coronavirus a nivel mundial en la velocidad con la que se propaga, y sus consecuencias tanto económicas como humanas, condiciona todo programa económico a corto plazo. Y para colmo de males, Argentina siente la repercusión de estos sucesos globales más que cualquier otro país de la región.

"Si a esto le sumamos que se encuentra sumergida en una profunda crisis económica producto de la política económica errática, endeudamiento externo, gran devaluación e inercia inflacionaria estimulada por la gestión anterior, el efecto de la nueva crisis económica, social y sanitaria global puede ser muy fuerte para nuestra poca protección actual", se destaca en el informe.