“Cuanto más años a cuestas, más te cuesta y menos te acuestas”, dicen los Les Luthiers en una de sus presentaciones. Y es que la disfunción eréctil y la eyaculación precoz son dos de los grandes cucos que rondan en torno a la sexualidad masculina. 

Pese a ser un tema tabú al momento de hablar de sexo, la disfunción eréctil es mucho más frecuente de lo que se cree, y no les ocurre solo a los mayores. Sus causas son variadas, pudiendo tener un fundamento psicológico, físico u orgánico. Pero en cualquier caso tienen solución, solo es cuestión de aceptarla.

En este sentido, los especialistas recomiendan tener en cuenta algunos factores, que aquí enumeramos.

Cuidar el peso. Diversos estudios demuestran que a los hombres cuya circunferencia de abdomen mide más de un metro, las erecciones les cuestan el doble. Esto se debe a que el ancho de la panza está relacionado con la cantidad de grasa de las vísceras, que, a su vez, está unida a menores niveles de testosterona.
No fumar. Según variados estudios, el tabaco daña el epitelio, es decir, el revestimiento de los vasos sanguíneos, afectando a la masa muscular del pene y obstaculizando la circulación de la sangre. Si fumás tenés un 50 por ciento más de probabilidades de experimentar episodios de impotencia.
No beber. El alcohol en exceso puede jugar una mala pasada, por 
lo que se recomienda reducir su consumo.
Descansar bien. No dormir las horas recomendadas (seis, como mínimo) disminuye los niveles de testosterona, la capacidad de erección y la libido. Además afecta a la regulación de las hormonas cerebrales que influyen en la erección, como la serotonina y la dopamina.
Ejercitarse. Es bueno para el organismo en general, pero subir la intensidad es una buena estrategia para combatir los problemas de erección. 
Meditar. Ayuda a reducir el estrés, que es un factor clave en los problemas de erección. 
En definitiva, la clave está en cuidar tu estilo de vida. Si los problemas persisten hay muchos productos a los que podés recurrir. Pero siempre tené en cuenta el asesoramiento profesional. 

Alimentos afrodisíacos

A lo largo de la historia, el hombre ha buscado sustancias capaces de aumentar su vigor, deseo, excitación y energía sexual. 
De allí salieron las comidas o alimentos afrodisíacos, que en general comparten una característica: tienen en común diversos nutrientes que actúan como vasodilatadores o están implicados en un proceso de tipo hormonal por el que puede propiciar la excitación sexual. 
No obstante, ninguno surte efecto por sí solo, es decir, el factor psicológico tendrá muchísimo que ver.
Los más popularizados son el vino, las frutillas y las frutas secas (nueces y almendras). Pero hay otros que también estuvieron en auge: la albahaca (estimula el deseo sexual y aumenta la fertilidad); la mostaza (la creencia es que estimula las glándulas sexuales y aumenta el deseo) y la nuez moscada, atesorada por las mujeres chinas, quienes aseguraban que era fuertemente afrodisíaca.