EL FACTOR CLAVE
Es la economía, estúpido
La crisis pone en jaque a las intenciones reeleccionistas de Macri. Ni siquiera un “Plan V” le garantizaría una victoria si la situación financiera no se revierte. El repunte de Cristina y el factor Lavagna como consecuencia del fracaso
Es la economía, estúpido
“Es la economía, estúpido”. La frase pronunciada por el expresidente Bill Clinton allá por 1992, por consejo del cerebro de su campaña, James Carville, puede aplicarse a la perfección a los tiempos que corren en nuestro país. En aquel entonces, en Estados Unidos, todas las encuestas daban como favorito a George Bush (padre), impulsado por la intensa actividad bélica del país norteamericano en la guerra del Golfo. Sin embargo, Bush desatendió la economía familiar, subestimó a su electorado y, finalmente, fue derrotado en las urnas.

La economía es el actual e histórico problema de la Argentina. Por el contexto mundial, por incapacidad propia o por lo que fuere, son escasos los períodos en los que la tan ansiada estabilidad se hace sentir en los hogares de los que tienen la chance de tener hogar. Se vienen las elecciones y, al parecer, la crisis económica golpeará con fuerza en los resultados.

Así, al menos, lo indican la mayoría de las encuestas, donde Cambiemos no figura primero en ninguna de ellas. Por el contrario, es superado ampliamente por Cristina Kirchner y asediado por Roberto Lavagna. La aparición de estos dos candidatos no es para nada casual. Ella, por contraposición con el pasado en el que la clase media podía ahorrar; él, economista, por ser quien sacó al país de la profunda crisis de 2001.

En el Gobierno son conscientes de que el problema ya les resulta incontrolable, a pesar de la momentánea estabilidad de la moneda. Por eso llamó la atención de propios y extraños las alegres reacciones ante el 3.4 de inflación difundido por el INDEC, sobre todo si se tiene en cuenta que en los últimos doce meses, el acumulado alcanzó el 55 por ciento. También sorprendieron las “positivas” declaraciones respecto de la quietud del dólar y la baja del Riesgo País, como si se tratara de estadísticas que garanticen una mejora sostenida en el tiempo. Son pocos los que coinciden.

Incluso el ministro de Economía, Nicolás Dujovne, se animó a aconsejarle a Cristina Fernández que, en caso de triunfar en los próximos comicios con la fórmula que integra junto con Alberto Fernández, mantenga las políticas que él mismo lidera.

“Si el kirchnerismo, en vez de seguir convergiendo al déficit fiscal decidiera ampliar el déficit; o si comenzara a congelar las tarifas de los transportes públicos; o si tuviéramos que importar energía, iríamos a una situación de un descalabro macroeconómico de magnitud”, advirtió.

Hoy, la candidatura de la senadora nacional no es una casualidad, sino una realidad, y los mercados responden en este sentido. A pesar de las intenciones del Gobierno nacional de endilgarle responsabilidad a la posible vuelta del populismo en la volatilidad del dólar, desde que se confirmó el binomio Fernández - Fernández, el mercado no dio grandes sobresaltos. Quizás, el hecho de que la fórmula esté encabezada por Alberto llevó un poco de tranquilidad. El no es Cristina, repiten desde el PJ.

Rápido de reflejos, el candidato favorito de las encuestas sacó a la cancha a su equipo económico, para despejar ciertos fantasmas. Matías Kulfas, Cecilia Todesca Bocco y Guillermo Nielsen fueron los elegidos para contar su plan, en caso de resultar electos.

“La deuda es legítima y se va a respetar”, manifestó Kulfas; en tanto que Todesca Bocco pidió ser “responsables” a la hora de referirse sobre un tema tan sensible.

Nielsen, por su parte, salió con los tapones de punta. “El problema fue la política monetaria. Ellos, de entrada, tenían que haber matado las Lebac. Las Leliq son las hijas mutantes de las Lebac. El Gobierno entró con ingenuidad. Hubo falta de experiencia y mal diagnóstico, y se equivocaron en todo. No tenían gente con experiencia real”, aseguró, a la vez que señaló que uno de los errores más grandes fue haber acudido al FMI.

Tanto el exjefe de Gabinete de Néstor Kirchner como el resto de los que asoman como presidenciables apuntan con fuerza a la economía. Entienden que la campaña debe pasar por ahí, sin eufemismos, a fondo. Ni el pasado, ni la corrupción, ni la actuación de la Corte, ni lo que fuere podrán más que el malestar del bolsillo.

“El oficialismo asume que la economía no va a mejorar sustancialmente, en términos de pobreza y desempleo. Su prioridad es la estabilidad del dólar. Piensa que con dólar estable puede ganar, con corrida cambiaria, no. El precio del dólar influye directamente en la inflación y en el precio de los alimentos, y esto le importa mucho a la gente”, consideró el analista político Rosendo Fraga, en diálogo con La Tecla.

El director de Nueva Mayoría agregó: “La oposición asume también que la economía no será buena para la elección en términos de actividad, desempleo, pobreza (aun bajando la inflación, la pobreza seguirá aumentando). Pero también piensa que la inestabilidad del tipo de cambio es lo que más puede deteriorar al Gobierno en términos electorales, sobre la situación dada que no es buena”.

En este contexto, de acuerdo a un reciente informe de la consultora Circuitos, son cada vez menos los que creen que el Gobierno nacional podrá revertir la recesión económica. En efecto, el 64.3 por ciento de los bonaerenses considera que la situación empeorará.

Como consecuencia de ello, la imagen positiva del presidente Mauricio Macri sufrió una nueva retracción, de dos por ciento con respecto al mes anterior, al registrar apenas un 18.5 por ciento de aceptación en el electorado. Frente a este escenario, el jefe de Estado cosecharía un 27 por ciento de los votos y perdería a manos de cualquier candidato de la oposición en una eventual segunda vuelta.



“El Gobierno no puede agarrarse de ninguna política económica ni de estadísticas para hacer campaña. Quizás deba probar por el lado del refuerzo de las instituciones”, sintetizó el economista Iván Carrino a La Tecla.

Más allá de eso, Cambiemos se aferra a su estrategia de confrontación con el pasado para intentar revertir los pronósticos electorales. “Durante muchos años, el país le dio la espalda al mundo, con el cepo, las trabas burocráticas, las mafias, los sobreprecios. La consecuencia fue que fuimos perdiendo mercados, inversiones, capacidad, y eso confluyó en la inestabilidad macroeconómica que hasta hoy pone trabas a nuestro crecimiento. A veces parece que nos olvidamos de que hasta hace muy poco tiempo, ese era nuestro país”, apuntó el Presidente recientemente, en oportunidad de encabezar la apertura del Foro Argentina Exporta.

En el Gobierno apuestan a que hasta las elecciones, al menos, el dólar se mantenga estable y la inflación continúe a la baja. Para eso, el Ejecutivo lanzó el plan de “Precios esenciales”, congeló las tarifas hasta fin de año y, más importante aún, utiliza el préstamo del Fondo Monetario Internacional para estabilizar el tipo de cambio.

“El FMI se sienta en el escritorio y maneja la economía. Por eso digo que tenemos FMI para ocho años más. Se van a tener que negociar los vencimientos y lograr facilidades extendidas”, expresó Nielsen.


“Sin dudas, la situación económica y la electoral están yendo súper de la mano”

El economista Iván Carrino, consultor en materia empresarial y finanzas, consideró que en términos generales, la si-tuación económica del país es “delicada”. “Hace 15 días, el riesgo país pasó del área de 800 a 1.000, y nos puso en una situación de peligro, nuevamente.

Los peores escenarios salieron a la luz justo cuando Macri anunció la puesta en marcha el plan de Precios Cuidados, de congelamiento de las tarifas. Es decir, un gobierno aparentemente antipopulista está acudiendo a medidas populistas para tratar de ganar como sea la elección de octubre. El Gobierno se mostró desesperado y eso generó un cierto nerviosismo, y las aguas financieras comenzaron a estar en calma. Claramente, la foto siempre es mala. Estamos en una situación vulnerable, sin dudas”, expresó en diálogo con La Tecla.

A pesar de eso, para Carrino, desde el 30 de abril hasta hoy, la economía se mantuvo estable. “En la situación delicada que estamos, muestra una movida marginal hacia una mejora. Milimétricamente parecería una buena noticia”, indicó.

En este escenario, “no debería volver a subir la inflación. Lo que tenemos que ver es si bajó por la política monetaria o por el control de precios. Yo creo que tiene que ver más con la tranquilidad del dólar y con que no hay ajuste de tarifas”.

En relación con la incertidumbre que se vive por el escenario electoral, Carrino con-sideró que “es malo para la recuperación económica. Si Cristina va primera en las encuestas, diga lo que diga, el mercado cree que va a hacer lo que ya hizo. No importa que no lo haga. Si la percepción es esa, nadie invierte y a la larga juega en contra de la recuperación económica. Por otro lado, si no hay recuperación económica, es peor para el Gobierno. Estamos en un círculo en el que no sé qué viene primero y qué viene después. Sin dudas, la situación económica y la electoral están yendo súper de la mano”.

“Cuando la economía anda bien, la gente vota al que está en el poder. Ahora, la economía está mal, pero hay que ver cómo está andando en agosto y en octubre. Si mirás la actividad, se desploma entre febrero y marzo del año pasado y queda en un piso muy bajo de ahí en adelante. Sería ideal que eso, lentamente empiece a ir para arriba. Alguna recuperación va a haber, siempre hay rebote.

En la medida que se estabilice el tipo de cambio, si la inflación muestra un punto de inflexión, creo que ahí habrá recuperación económica. Eso, los mercados lo compran más que a Cristina, y eso te puede ayudar”, concluyó Carrino.


“La incertidumbre está gane quien gane las elecciones”

El economista Andrés Asiain, director del Centro de Estudios Económicos y Sociales Scalabrini Ortiz (CESO), consideró que la situación financiera del país está, sin lugar a dudas, en una etapa difícil. “Si uno plantea las opciones macroeconómicas que se suelen decir para elegir entre el nivel de actividad y el nivel de inflación, Argentina está en la peor combinación posible. El diagnóstico, más allá de la ideología que se tenga, es que la situación es de una crisis, con elevada inflación”, graficó.

En este contexto señaló que “el Gobierno de Macri, si uno lo quisiera resumir, fue un ciclo de endeudamiento y especulación, donde ante las dificultades que tenía la economía, con insuficiencia de dólares por problemas estructurales en el último mandato de Cristina, Macri hace un acuerdo con los buitres y comienza haciendo una colocación masiva de créditos en el exterior y aprovechando las reservas para traer capitales especulativos”.

“Como no hubo un programa de invertir esos fondos y direccionarlos a un sector que brinde capacidad de repago en dólares, este ciclo de endeudamiento encontró un límite en febrero del año pasado. Ahí, todos los que entraron a especular empezaron a escapar. Eso generó la corrida que arrancó en mayo y todavía no terminó”, dijo Asiain en conversación con La Tecla.

Desde entonces a esta parte, para el economista, “el Estado empieza a endeudarse para tratar de conseguir fondos y financiar de esa manera la fuga de capitales para mantener una sensación de pago de la deuda. Los dólares los consigue por endeudamiento, y la última forma de conseguirlos fue a través de instituciones que dependen de estados nacionales, como el FMI. Como hay un contexto electoral, hasta el Fondo fue flexible y le permite al Gobierno financiar la fuga con los dólares que toma prestados. Esa va a ser la dinámica electoral, de acá a fin de año”.

“Lo que van a tener es bastante chance de estabilizar el dólar. El FMI les permitió usar las reservas, pero el proceso inflacionario ya está muy alto, con elevadas tasas de interés. No creemos que repunte la economía. Simplemente, lo que puede pasar es que no caiga tan brusco como ahora; modera un poco la baja”, apuntó.

Por último, el titular de CESO expresó: “La incertidumbre está gane quien gane las elecciones, si Macri o Cristina. Con Macri, probablemente la devaluación sea más brusca. Lo que están viendo los acreedores es quién va a hacer más dura la renegociación”.



Betina Rolfi: “El día a día hace que el tema económico sea prioritario”

-¿Qué análisis hacés de la actualidad económica del país y el papel que cumple el Gobierno?
-La actualidad económica es muy grave, el desempleo es grave, la crisis energética es grave, y la pobreza es grave. Más allá de todos los indicadores, los argentinos sabemos lo que significa tratar de sostener una vida digna. Lo peor es que no tiene que ver con una coyuntura, ya es un tema de fondo. Dicen que las tarifas van a bajar, pero siguen subiendo, y la inflación es insostenible. Es muy complicado el panorama, sobre todo porque pareciera que no hay rumbo. Todavía no hemos escuchado decir al Gobierno para dónde vamos, cómo van a hacer para salir de esto. No saben explicar cuál es el modelo. Por otra parte, la deuda con la que se va a topar el próximo Gobierno es terrible. Va a ser imprescindible renegociar con el FMI, con el gobierno de Estados Unidos. No hay un modelo de desarrollo.

-¿Va a influir esta situación en los próximos comicios?
-Indefectiblemente hay un cambio en gran parte de la sociedad, no solo te-niendo en cuenta las encuestas, sino también lo que la gente dice en la calle. El día a día hace que el tema económico sea siempre prioritario. Por ejemplo: la inseguridad decayó mucho en los análisis de campo referidos a las prioridades que tiene el encuestado. Hoy están siempre arriba la inflación, las tarifas, el desempleo y la pobreza. Hay una gran preocupación respecto de cómo se hace para salir de es-to, como lo están logrando otros países de Latinoamérica. Y nosotros, a pesar de la enorme potencialidad que brindan la ciencia y la educación, no conseguimos generar empleo genuino. Por el contrario: estamos de nuevo en una situación gravísima de endeudamiento. Indudablemente, va a haber un impacto electoral.

-¿La oposición está intentando sacar provecho de la crisis?
-Hay un problema sistémico detrás de la crisis económica, y es el modelo político de la grieta. Esa lógica pudo servir para ganar elecciones, pero no sirve para gobernar. El único referente de la oposición que está enfrentando el tema es Roberto Lavagna, que desde el primer día dijo que sabe cómo resolver esta cuestión. Incluso lo ha planteado
claramente en los diez puntos dados a conocer hace un par de semanas.


El impacto en los municipios

Dos integrantes de la comisión de Economía del PJ bonaerense, Mercedes Lagioiosa y Martín Pollera, elaboraron un detallado informe acerca de cómo la recesión financiera y la crisis económica afectaron a los municipios de la Provincia.
Desde 2016, los gobiernos locales vienen desplegando acciones y estrategias conjuntas para atenuar las consecuencias derivadas del plan de ajuste de los gobiernos nacional y provincial.
Las capacidades de respuesta de los distritos se ven fuertemente limitadas, puesto que mientras aumentan sus responsabilidades (aun de competencias ajenas) disponen de menores recursos (por caída de la recaudación) para resolver las demandas sociales.
Se traslada la administración de una crisis autoinfligida por el Gobierno nacional a las administraciones municipales, en el marco de un proceso fuertemente recesivo y con un marcado recorte del gasto fiscal descentralizado.
Los gobiernos nacional y provincial “tiraron la crisis para abajo”, llegando más rápido a los bonaerenses y dejando a los municipios desfinanciados frente a reclamos urgentes y crecientes.
La inacción institucional y propositiva del gobierno provincial ante la crisis trasladó sus efectos nocivos a los bonaerenses, en un territorio que representa más del 45% del Valor Agregado Industrial y que tiene más del 30% del total de pymes nacionales.
Aun suponiendo un contexto económico más alentador en el mediano plazo, resulta difícil vislumbrar una senda de desarrollo sostenible sin que sea el Estado en sus diferentes niveles el que lidere el proceso de transformación.

Los intendentes ponen manos a la obra contra la inflación

“Precios Esenciales”, el programa recientemente lanzado por el Gobierno nacional, suele no llegar a los municipios del interior, y a veces, tampoco a los del Conurbano. Por eso es que los intendentes, tanto oficialistas como opositores, se ven en la necesidad de poner en marcha sus propios programas.

Más allá de las diferencias que puedan tener entre sí, el objetivo es el mismo: contrarrestar la acuciante inflación que tanto golpea a los vecinos. En Pinamar, el jefe comunal macrista, Martín Yeza, lanzó el programa “Precios Nuestros”; en Junín, Pablo Petrecca hizo lo propio con “Precios Locales”; en Baradero, la intendenta, Fernanda Antonijevic, lanzó “Canasta Baradero”; mientras que el platense Julio Garro impulsó el “Mercadito Municipal”, que recorre distintas localidades con precios accesibles en frutas, verduras y hortalizas de la región.

En tanto, también hicieron lo propio los distritos peronistas. En Hurlingham, el jefe comunal, Juan Zabaleta, presentó la “Canasta Popular” en grandes cadenas; en Ituzaingó, Alberto Descalzo instauró sus propios precios cuidados; lo mismo que hizo Francisco Durañona en San Antonio de Areco.
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