El último martes, la cementera Loma Negra, emplazada en el distrito de Benito Juárez, anunció una importante reducción de personal. En total, 100 trabajadores de la planta en la localidad de Barker fueron los desplazados por la firma por la caída en la producción.

En ese sentido, los mismos trabajadores de la cementera se declararon en alerta ante el temor de que la crisis y las expulsiones se prolonguen en el tiempo. Con dicho panorama, y con el apoyo de los vecinos de la ciudad, prometieron “resistir” para garantizar la fuente laboral.

Por ello, este último jueves, el pueblo paralizó completamente sus actividades. Los vecinos resolvieron en una multitudinaria asamblea paralizar comercios y escuelas con el fin de visibilizar el impacto que generaría el cierre de la cementera Loma Negra de la localidad.

En sintonia, el Intendente del distrito de Benito Juárez, el peronista Julio Marini, decretó el Alerta Social, Económico, y Laboral en todo el distrito, desde el 7 de mayo hasta el 31 de diciembre de este año.

Se instalará una guardia permanente del sindicato y vecinos en la entrada de la fábrica, tal como se venía realizando a partir del inicio del conflicto.

Vale recordar que, la compañía lleva tiempo mostrando resultados endebles y así se reflejó en su valor bursátil. Los papeles de Loma Negra cotizaban a 23,17 dólares a principios del año pasado y cerraron 2018 en 11,13 dólares por unidad, es decir que perdieron el 52% de su valor bursátil. En lo que va del año perdieron otro 11,5% adicional y solo hoy cayeron 4,5% en la Bolsa de Nueva York.

A través de un comunicado, Loma Negra defendió: "se ha iniciado un proceso de reducción de nómina de empleados". Y explicó que estos despidos son "consecuencia de la readecuación de su capacidad productiva a la realidad actual y futura del mercado de cemento".