El último informe trimestral de deuda pública publicado por el ministerio de Economía de la Provincia data de diciembre de 2017. No obstante, de allí se desprende la proyección de los vencimientos para años posteriores, y el perfil de 2018 marca que el gobierno bonaerense tenía previsto un gasto de 66.996 millones de pesos para afrontar los servicios de deuda del año en curso.

Según la etimación de la Dirección Provincial de Deuda y Crédito Público, dependiente de la Subsecretaría de Finanzas el 57,9% de ese monto es en pesos argentinos, un 34 % en dólares y un 8,2% en euros. Pero con las devaluaciones consecutivas el costo es mucho más alto.

La Provincia no ha informado acerca de cuántos vencimientos ya ha cancelado y cuántos quedan por cancelarse. Lo cierto es que la mayoría de las obligaciones empiezan a operar a partir de septiembre. Es decir que el mayor caudal de servicios de deuda todavía no venció.

Cuando se hizo la estimación, en diciembre de 2017, con un dólar a $18,65, la deuda bonaerense equivalía a 13.649 millones de dólares, lo que significaba un costo en pesos de 254.553 millones. Ya para junio de este año, y tras la primera devaluación fuerte, se necesitaba el 30 por ciento más de pesos para cubrir los servicios de deuda en pesos.

Hoy, a un dólar oficial del Banco Nación en torno a los 38 pesos, esa deuda significaría para el erario bonaerense un gasto 518.662 millones de pesos, es decir más del doble de lo que era en diciembre del año pasado.

Un tema recurrente para todas las provincias es que cuando toman deuda en dólares quedan prendadas en esa moneda, pero las administraciones provinciales no manejan cuentas en moneda extranjera. Cuando reciben dólares o euros los canjean de inmediato por pesos en el Banco Central, y luego, cuando deben pagar sus obligaciones en moneda extranjera hacen el camino inverso, sacan pesos de sus cuentas y deben comprar dólares al Estado Nacional para después sí cumplir con los compromisos.