Durante su discurso, el jefe del Estado afirmó que "el proceso de cambio" en Argentina "ya empezó". "No se trata de un cambio económico sino de un cambio cultural, de volver a las fuentes, a un compromiso con la calidad, la verdad y el esfuerzo", aseveró Macri, que estuvo acompañado por la vicepresidenta Gabriela Michetti y la gobernadora bonaerense, María Eugenia Vidal.

En esta línea, destacó los proyectos por más de 35.000 millones de dólares que distintas empresas ya iniciaron en el país: "Ya el General Perón decía que por lo menos cada argentino tiene que producir lo mismo que consume, como un parámetro mínimo. Esto que ha comenzado, que se transmite con esta inversión hoy".

El mandatario, además, pidió a los empleados que no pongan "palos en la rueda" a las empresas. "Este proceso comenzó y cada día vamos a estar un poco mejor, y se va a acelerar si cada uno de los argentinos entendemos que si se hace trampa al sistema, se fuerza un ausentismo, se inventa un juicio, se pone un palo en la rueda y le complica la vida a todo el resto de la sociedad", manifestó.

"Es fundamental que esta nueva etapa de cambio, entendamos de una vez y para siempre que somos todos un mismo equipo. No hay sector público o sector privado. Hay argentinos intentando pensar cómo vamos a crecer. El camino es generar empleo de calidad para reducir la pobreza".

Luego de recorrer el distrito de San Miguel en el marco del “timbreo” nacional, el mandatario desembarcó en Avellaneda, uno de los municipios más cercanos al kirchnerismo duro.

Su intendente, Jorge Ferraresi, integra el núcleo íntimo y más fiel de seguidores de la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner. Es uno de los pocos “soldados” que le quedan en la Provincia.