Este domingo se llevó a cabo una nueva gala de eliminación de Gran Hermano. Tras un mano a mano con Romina Uhrig, Camila Lattanzio quedó afuera del reality con el 60.26% de los votos negativos del público.

Esta última semana, todos quedaron nominados salvo Nacho, el líder de la semana. El primero en meterse entre los cuatro finalistas fue Marcos Ginocchio, quien rompió un nuevo récord: obtuvo el 0,47% de los votos. Tras el salteño, la que se clasificó fue Julieta Poggio, con el 8.99%. Por su parte, la exdiputada ganó el duelo con el 39.74% de los votos.

En el momento en el que Santiago del Moro dio a conocer el resultado final, Camila sonrió y se despidió de sus compañeros. Sin embargo, hubo un detalle que le llamó la atención y la dejó preocupada: los micrófonos de la tribuna aún estaban encendidos y escuchó los gritos que rezaban "Tomátela".

Al notar la reacción del público que estaba en el estudio de Telefé, la oriunda de Ituzaingó expresó: “Mirá, me están gritando. ¿Escucharon que me están gritando?”. Acto seguido, volvió a referirse a sus compañeros y admitió que estaba nerviosa. "Me estaban gritando... ¡un miedo! Me van a cagar a palos", sostuvo.