Christine Gallagher, conocida como la gurú de los divorce party planner en Los Ángeles, esta británica que ya lleva 14 años en el negocio, es la encargada de diseñar estas celebraciones que cuentan con componentes muy similares a la de una boda.

Es que incluye ambientación, catering, salón y música, entre otros detalles.

Una de la pioneras de esta tendencia, fue la 'reina del pop' Madonna, cuando en 2009 realizó una recepción en el Ritz Carlton Hotel, tras su primer concierto en Boston por su gira internacional Sticky & Sweet, para conmemorar el fin de su relación con cineasta británico Guy Ritchie.

Para Gallagher, esta celebración es una manera de hacer catarsis para dar un cierto cierre a la pareja anterior.

"Un momento para llorar, reír, respirar, hacer lo que uno quiera o necesite en compañía de amigos y familiares", destaca la organizadora.

Por su parte, la sex coach Mariela Tesler, organizadora de este tipo de eventos, sostiene que la dinámica en Argentina es muy similar a las despedidas de solteros: "Un grupo de amigas que eligen hacerlo en una casa o locación, se ambienta el espacio, se elige la música, y se convoca a los invitados".

El servicio que ofrece Gallagher comienza a partir de los USD 5000. "Si no se dispone de ese dinero uno puede organizar su propia fiesta usando The Divorce Handbook. Generalmente, la gente gasta más o menos lo mismo que invirtió en su boda, aunque tenemos eventos que han llegado a los 25.000 dólares (20.892 euros). El cielo es el límite", puntualizó.

Pero en Argentina, los presupuestos son más austeros. El presupuesto es variado al igual que las opciones ofrecidas "depende de actividad, de la cantidad de gente y de la locación, son paquetes realizados a medida", concluyó Tesle.